La Junta, muy unida en ese tiempo, sesionó el 11 de agosto y cinco días después, el 16, proclamó con solemnidad lo actuado en favor de la independencia. Cuando la revuelta empezó a crecer en ideología, en la práctica los líderes de la Junta empezaron a quedarse sólos y de a poco fueron apresados y asilados.
Un año después, exactamente el 2 de agosto de 1810, soldados y simpatizantes de la mencionada Junta ingresaron al cuartel militar en búsqueda de los intelectuales. Esto desembocó en la matanza de todos los “insurrectos” que estaban privados de su libertad. La llamada “matanza del 10 de agosto” sirvió para que el colectivo ciudadano empezara a reaccionar en contra de la opresión y a gestar procesos de liberación política en otras ciudades del país.